lunes, 12 de diciembre de 2011

5 días en Pekín

Aterrizaje
Cuando se llega a un sitio nuevo, es seguramente cuando más receptivo se está y más despierto. Y por tanto cuando las percepciones suelen ser más intensas o al menos se recuerdan mejor. En este caso el recuerdo es el de niebla (más tarde descubriría que era polución) luces vagas, oscuridad y frío. De repente era como haber volado al pasado, quizás a los 80, a la URSS. Ropas y rostros distintos, afortunadamente los carteles también están en dos idiomas (por supuesto es un aeropuerto internacional). Sin embargo la cola para coger el taxi es inmensa y los anuncios de una empleada del aeropuerto con pinganillo a lo Britney Spears, sólo son en chino, pero bueno, me tiro a la piscina y los sigo, aunque sólo sea para evitar la gran cola. Esto me lleva a un shuttle gratuito que un chino atento y solidario me recomienda coger cuando le enseño el plano y la calle en letras chinas del lugar al que voy. De momento la hostilidad de la que me habían hablado brilla por su ausencia. El bus nos deja, para mi, en el medio de la nada, y este chino se apiada de mi una vez más y me ofrece llevarme a casa, gracias a su mujer que le viene a recoger. Mi compañero de curro, en cuya casa me alojaré me espera con los brazos abiertos. Pekín, de momento me ha acogido mejor imposible.

Actividades
Qué mejor que contar con la ayuda y guía de un chino español para conocer un lugar. Primera noche un caraoque, sí, salón privado, gran televisor y bebida. Como somos dos y las canciones son en chino, con una cerveza nos vale, pero vamos por 50 € todo un grupo puede hartarse a beber y cantar durante una fría noche pekinesa. Muy gracioso y lleno de jovenes locales.
Por la mañana, me hago una idea de la casa de la clase media de aquí, vieja pero amplia, mi compi busca piso, a las 12:00 a comer, aquí todo se hace un par o 3 horas antes que en España. Luego una vuelta por Tiananmen (Puerta del Cielo), totalmente vallada y con control de seguridad para darse un paseo antes de entrar a la Ciudad Prohibida, pasando por debajo del retrato de Mao, cruzando la calle de la Paz Eterna (todo muy trascendental verdad?). Un par de apuntes sobre parte del pensar local. "tuvieron que disparar con balas porque no tenían de goma, no estaban tan adelantados" "el hijo de Mao la palmó en la guerra por ponerse a cocinar a tiro del fuego enemigo y no reconocer el sonido de las bombas incendiarias", "lo que ocurrió aquel fatídico 4 de junio del 89 se denomina accidente 6 4".
La ciudad prohibida es una fila de templos y escalinatas, con patios intermedios, todo muy amplio. Los templos sólo se pueden ver desde fuera y es difícil imaginarse la vida de Emperador sin miles de sirvientes y concubinas, pues las distancias son muy grandes y el frío que debía de hacer en esos templos altos seguramente fuera considerable. Tras casi dos horas sales por la puerta norte, donde los rickshaws te asaltan. A estos los sorteamos, pero no podemos evitar comprar un gorro estilo ruso, son sus orejeras sintéticas, nada de piel. Seguramente la mejor compra del viaje, 15 yuanes, unos 2 € que harán que los -5º C a los que se llegan, sean más llevaderos. Para relajar el duro caminar, que mejor que un masaje de pies. Sofás, tele, fruta y bebida y masaje durante 80 minutos por unos 30 €/barba creo recordar, lujo asiático, aunque la cualificación de las masajistas deja que desear, de hecho a veces tienes que decir que se relajen, pues parece que te están dando la del pulpo. Tras ello una cena en el típico Koreano con carne a la parrilla antes de salir a descubrir la noche Pekinesa. De nuevo lujo asiático, el hecho de que el sueldo medio sea de 400 €, hace que tengas servicio para todo. Debido a este triste fenómeno, en el hotel descubrimos a los especialistas en abrir y cerrar puertas, no es broma...no no eran conserjes, este estaba sentado junto con el experto en el ordenador...
Para empezar el sábado noche, que mejor que ir al SOHO, buen ambiente, pero demasiado internacional, no, queremos algo más CHINO. Como el banana no sabemos donde queda, vamos al MIX. Esto ya es más chino, de hecho, somos (soy) el único europeo. Aquí los grupos se sientan o bailan al rededor de mesas con botellones de chivas (garrafón) de unos 10 litros y bandejas de fruta. El resto es parecido al ambiente de una discoteca europea. Para volver un taxi, aquí el precio medio del taxi es 1 €, pero hay que saber decirle a donde vas.
Para el domingo que mejor que un paseo por el Templo del Cielo, a parte de los templos, lo más interesante es la vida del jardín que los rodea. Auténticas orquestas de instrumentos chinos, coros de hombres y mujeres perfectamente sincronizados que cantan una especie de himnos, bastante emocionantes por cierto, juegos de cartas, ajedrez chino, pluma, una especie de badmintong con una especie de palas de pingpong, gimnastas heptuagenarios, vendedores de todo, da dos pasos sin decirles nada y habrán bajado el precio a la mitad, pero ojo, son más listos que el hambre, te la cuelan a la mínima. Por cierto, no tires el ticket hasta que no salgas del todo del parque, cada zona tiene un guardia que te rompe un trocito. El día ha sido duro y frío, toca spa caliente con buffé inluido, pero antes servimos un poco de cena con nuestro cuerpo a esos pececillos comepiel, sensación un tanto desagradable para mi, 5 minutos, no más. Vamos a cenar que el buffé está incluido, pero anda rápido, aquí no se cortan. El qué dirán, o la cortesía europea, aquí no existen, si se pueden llevar todo el marisco que acaban de reponer en la bandeja y dejarte sin nada, lo harán, aunque luego les sobre la mitad en la mesa, la cuestión es que las mesas rebosen de lo más preciado, así que afila los codos sin complejos o te quedarás con las sobras...
Para cenar al día siguiente, después de un día de reuniones de trabajo, no puede faltar el pato pequines, o como yo lo llamo la versión china del burrito o la fajita. Muy bueno. La lengua de pato, bueno se deja comer, pero ojo, las lenguas de pato tienen hueso!
Para terminar el martes y tras pasar todo el día de reuniones de trabajo con nuestros primos chinos, nos invitan a comer, de nuevo debe sobrar en las mesas redondas, si no te traerán comida hasta que revientes. Lo que más me ha gustado, el gran pescado de río y la pizza china, así la hemos bautizado, una especia de tortita rellema de carne picada y una salsa no picante.
Salimos pronto al aeropuerto, el tráfico de Pekín, al contrario que su metro, bastante moderno y limpio, es infernal, así que hay que salir con tiempo. Aunque luego pasemos 18 horas esperando por la niebla/polución en aeropuerto y alrededores. Moraleja, no vayas a Pekín entre el 15 de nov y el 15 de enero, el frío y la niebla te impedirán ver el palacion de invierno y la gran muralla y además tu vuelo será incierto.
Por cierto, si te gustan las compras, el mercado de la perla es el lugar adecuado para la compra de falsificaciones, relojes, bolsos... no te quedes en las primeras puertas, entra hasta al final. En mi próxima visita llevaré algún reloj a mi tío.
Desgraciadamente, los enchufes de HK son distintos a los de China, así que mi recién estrenada cámara sólo capta algunas fotos, espero a las de mi compañero. Bendita estandarización.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Semana 3

Martes 22

Hoy conozco una nueva zona, gracias al amigo de una amiga, así funcionan las cosas cuando estás fuera. Cualquier expat puede ser tu amigo, la empatía por estar en tu situación surge de manera automática. El sitio elegido es SOHO, al cual llegamos a través del famoso escalator. Una escalera mecánica gigantesca en continua pendiente, que cambia de sentido dependiendo del flujo de la gente, es decir por la mañana para abajo, por la noche para arriba. Parece ser que ésta tiene unos 800 metros y sube 135 metros.
En fin, es una zona con bares y terrazas, y la pendiente le da un toque sanfranciscan, pero la verdad es que está lleno de guiris (yo soy uno más). Nos decidimos por un vietnamita, bueno y caro. Nacho, lleva unos cuantos años pululando por el mundo, Finlandia, Singapur, Alemania, HK, le empieza a pesar un poco los constantes cambios y adaptaciones, pero de momento sigue en forma para adaptarse a HK, lleva sólo unos 3 meses...
La cervea Hanoi muy buena por cierto

Miércoles 23
Hoy tras ser invitado por nuestros socios, muy hospitalarios y muy humildes aparantemente, nos han traido un vino (:( francés) y nos han atiborrado a dimsum, aquí los materiales de la sopa se comen en plato a parte, a mi no me atraía mucho la pata del pollo cocida, aunque la probé deep fried, como comenté la primera semana. Comentan que la HK girls son muy exigentes con los chinos, o tienen pasta y las tratan como reinas, es decir comprándoles de todo, o nada. Por eso uno se ha buscado una taiwanesa, al parecer son las más dulces, mientras no se enfaden claro... en fin tópicos de una comida de trabajo.
Como decía tras la comida ,y el curro, he sacado de quicio a unos cuantos puestos "tax free" de electrónica, practicando mis tácticas de compra (utilizando packs, analizando tienda tras tienda, mostrando fotos del precio del producto en internet, y contraofertando) me he quedado con alguna tarjeta y quizá compre finalmente la cámara, la tarjeta y los cascos, estos últimos creo que los descartaré. Los chinos tienen poca paciencia, al contrario que los indios. Mientras el indio te acompaña a su tienda, a veces en un piso alto, donde está el sastre y donde sin decirte adiós, el captador cierra la puerta por fuera, y el sastre conversa placidamente contigo y te explica las virtudes de la ropa a medida. El chino se inquieta cuando le cambias el esquema y cuando le dices que en la tienda oficial "fortres" lo tienen más barato. De hecho muchas veces empiezan con precios más caros que Fortress, teniendo en cuenta que en Fortress la garantía es 2 años y en estos sitios, dicen que un año y son menos de fiar. Según mi chequeo, te puedes ahorrar un 15-20%. Ya os contaré por qué me decido.

Jueves 24 de noviembre
Hoy empezamos las clases de Kung Fu, no sin antes coger el visado para mi próximo viaje a Pekín. Por 360 honkies y en 4 días te dan un visado de una entrada, con 3 meses de duración y 1 mes de estancia.
Por la tarde, en el parque de mi casa, clases de Kung Fu con un crac americano, de origen mejicano que habla perfecto chino mandarin. Primero estiramientos, y muchos. Luego coordinación, primero patadas y luego unidas a puñetazos. El tío da miedo cuando entra en movimientos rápidos como muestra, y la estética es impecable. Me gusta este deporte, me habría encantado aprenderlo de pequeño. El profesor a veces nos hace demos, y se convierte en un arma mortal. Hoy he aprendido la forma de las 5 posiciones, a ver si lo veo en youtube, porque cuesta recordarlo, y más hacerlo bien. En fin recomendable para todos los públicos, de hecho mis compañeras de hoy era dos chicas, y no precisamente las más atléticas del mundo, llevan 10 clases, creo que las pillaré a la 3ª :-). Cuesta unos 10 € la hora, no está mal, para ser sólo 3, además hemos estado casi 2 horas.
Ah por cierto, como las clases son en Kowloon Park, he descubierto una nueva zona de este curioso parque, el lago de los flamencos. Hay un buen grupo, y jamás había estado tan cerca para observar los ruidos continuos y curiosos que hacen, evidentemente no me he quedado tanto tiempo como para descifrar su signnificado, pero merece la pena pararse un rato a observarlos.

Viernes 25

Hoy hay evento de Internations, una página web que funciona bastante bien de expatriados por el mundo. Se desarrolla en una terraza con vistas a la bahía y a los grandes rascacielos. Mucho americano, alemán, francés, algún españolito y locales. No está mal para conocer gente. Tras un cocteil un pelín cutre vamos a Wan Chai para descubrir algún antro nuevo, pero no muy recomendable. Por motivos que no vienen a cuento la sigueinte parada es uno de los múltiples locales de este pequeño territorio comanche, que contiene la siguiente distribución de población femenina: 95% de profesionales de la noche, 5% resto de especies. Parece que en este barrio, hay varios sitios así. Como no es demasiado agradable, se divide la partida, y algunos vamos a central, insomnia nunca falla.

Sábado 26

Ampliamos el radio de acción de TST, mi barrio, pero esta vez hacia arriba, al famoso y quizá con no muy buena fama, barrio de Mongkok. Lo podemos dividir en tres calles principales, la de las tiendas de electrónica, aquí adquiero mi cámara tras los consejos de este link: http://www.tvxb.com/billd/HK/HK%20shopping-cameras.html. los cuales corroboro. La calle del mercadillo, una especie de rastro, pero más ordenadito, y la calle de las mascotas, principalmente acuarios y gatitos y perros, esta calle desemboca prácticamente en el jardín de pájaros. Es triste que el ser humano haya decidido, no sé en qué fatídico momento, enjaular o emparedar entre cristales, precisamente a los animales con mayor capacidad de movimiento, los pájaros y los peces.
A la vuelta, andando para abajo, cato algunos puestos locales, varios de los cuales desprenden olores nauseabundos para mi, pero hay que catar de todo... las bolas rellenas de pulpo no están del todo malas y el cerdo o el buey entrecortado, seco y con una especie de salsa dulce, se deja comer.
Al bajar paso por otro mercadillo, el nocturno de temple street, este tiene aires más "hippies", pero es bastante parecido. Balance del día de compras, que espero sea el último, una canon ixus 1100 HS en una tienda fiable, pero por 20 € menos que en fortres, dos corbatas por 9 euros, os desafío a que las diferencieis si algún día me véis con una, un regalito para my little sister, y una camiseta de la selección china, 5,9 €. Por cierto, en estos mercados no es como en TST, que si habéis visto el link, os recomiendan no comprar cámaras, en estos mercados si se prestan al regateo, incluso con una sonrisa en la cara, aprovecho para pulir mis técnicas de compra.
Por la noche, disfruto de una cerveza viendo a Ferrer perder contra Federer, a quien estos chinos pijales del club adoran como si tuvieran parte de mérito en la vida y obra del superclase suizo...una pena

Domingo 27

Día de trekking, conozco a un personaje ya famoso en la zona, y supongo que si sigue este ritmo, ampliará su radio de popularidad. Su nombre Iurgi, vasco como podéis imaginar por el nombre. Él se encarga de realizar trekkings casi todos los domingos, por amor al arte y es un tío muy majo y con gran conocimiento de la zona y de muchas otras cosas. El trekking se desarrolla en la península de Saikung, al noreste de Hong Kong. En concreto en Saikung East Country Park, y como véis, por cortesía de Iurgi, este es el recorrido: http://maps.google.com/maps/ms?msid=213119831005016112044.00047576594a969f50857&msa=0.
Lo más destacable, las playas de arena blanca, las vistas del mar, las olas (hoy había un campeonato de surf) yo he cogido un par de olones buenos con el cuerpo, otros los he dejado pasar porque eran verdaderos muros. La playa de los surferos por cierto es Tai Long Wan (Wan significa bahía).


Después del baño se puede picar algo en Ham Tim, un par de chiringuitos, donde parece que lo típico es el salt&pepper squid o calamar rebozado y los singapur noodles, no está mal acompañado de la cerveza local, a la que como todo, cada vez le voy cogiendo más el gusto.
Por último, antes de coger el barco que nos lleva a Ko Tong Hao, donde se cogen los buses de vuelta a la zona "civilizada", hay que pasar por un camino que para mi tiene mucho encanto, pues es una pequeña jungla, si no fuera por supuesto por el cemento del camino por el que vamos. Como colofón la motora que nos lleva a la estación de autobuses donde ya con el sol tras las montañas, se puede ver sonreir a una luna recién nacida junto a su eterno compañero, el lucero del alba.

En fin, una bonita y saludable manera de acabar la semana verdad? y como veis para ser 27 de noviembre tenemos aún un tiempo veraniego.



miércoles, 23 de noviembre de 2011

Singapur

Viernes 18-Domingo 20
Estando en este enclave asiático, es casi un delito, no hacerse un viaje mínimo al mes, así que aprovecho la presencia de unos amigos en Singapur, para escaparme. En 4 horas estoy ahí.
Es inevitable compararlo con HK, excolonia británica, moderna, rica, rascacielos... sin embargo diferente.
Por un lado, urbanísticamente más bonita, más ordenada. Espacios más amplios, arquitectura más variopinta (los durian que componen el Teatro/Centro Cultural, el Hotel Marian Bay, y decenas de edificios y hoteles a cuál más espectacular. No obstante, la gente y la autenticidad de la ciudad es mejor en HK.

Una de las peculiaridades de SG, es su mezcla de razas, Chindios, Chilasios (estos motes son míos pero se entiende). De hecho muchos carteles están en 4 idiomas, inglés, chino, indio y malasio. 

El tema gastronómico es una experiencia en sí mismo, tenemos el pollo con arroz, el cangrejo a la pimienta, los satay, los roti prata (especie de pancake aceitoso, relleno de dulce o salado), los satay, los laksa, todo ello accesible en múltiples restaurantes 24x7 o en un sitio emblemático, Lau Pa Sat, una especie de mercado de restaurantes, en el centro las bebidas y al rededor chiringos de todo tipo, coreanos, japos, indios, chinos, malasios, viets... pruebo el que seguramente será uno de los platos con más personalidad, el Char kway teow, aquí tenéis una foto con Milo tea con hielo detrás (esto último no tan recomendable):


Pero vamos, esto es lo que hice mi última noche, solitario por SG, mis amigos ya estaban de vuelta a España.
Previamente hemos estado por el barrio chino, viendo una introducción a la ópera china en un pequeño café. Una amable mujer, elegante y culta, de origen chino, con un inglés de oxford, nos cuenta los orígenes de este pasatiempo con más de 600 años de antigüedad y con grandes dosis de paciencia, aquí podéis ver a las actrices, una hace de hombre, que nos hicieron la demo de 10 minutos:
Luego un paseo por la zona del famoso Merlion, una espece de Promenade (me gusta esta palabra francesa) lleno de terrazas de moda, con unas vistas semejantes a esta (ya pondré una foto mejor, aquí veis el Merlion echando agua por la boca):
Por último, nos tomamos una copa y una cervez en la zona de los Quays, complejo de ocio, con mútiples bares y donde se desmonta el primer mito de SG, la pulcritud de SG. Aquí hay puentes completos llenos de gente haciendo botellón, que cuando los abandonan, dejan tras de sí los respectivos restos, como en Madrid.
De vuelta a casa, la calle está tranquila, no se nota el ajetreo de HK, pero se camina tranquilo, la seguridad se respira sin apenas ver policía.
Al día siguiente, tras salir del cozy corner (lo de cozy creo que está en tono irónico), no sin haber visto alguna ratilla simpática por las plantas superiores, nos dirigimos a la noria, pero en una quiebro audaz dejamos de pagar los 10 € per cápita que piden por subir a la terraza del Marian Bay, donde por 1 € menos nos tomamos un cerveza con unas vistas como estas:
Sí, hay una piscina arriba, sólo los huéspedes pueden entrar y bañarse.
Más tarde, nos vamos a comer a Little India, barrio pintoresco lleno de tiendas de oro, electrónica, ropa, fruta, verdura y restaurantes. Aquí degustamos otra cosa típica chapati keema. Otra cosa que no debes dejar de probar es el zumo de lima por cierto, gran descubrimiento para mi.
Por último, como no, hay que probar esa fruta que huele a infierno y sabe a cielo, dicen, yo creo que sólo la primera parte es cierta, el durian. Parece ser que hay distinas calidades, yo preferí probar de los mejorcitos y para ello me alié con 3 chicas de origen chino, criadas en australia y su madre local, que era la que partía el bacalao, por mitad de precio probé algo de lo que sueles tirar el 70%, no está malo, pero empalaga.
Y volvemos a la soledad de la noche, donde tras el atracón en el Hawker de Lae pa Sat, degusto el famoso Singapur Sling, no en el Raffles, como parece ser típico, sino en un garito de Boat Quay donde están tocando en directo, un chino y una malasia, aquí está dicha bebida, la granadina se lleva el protagonismo, pero está bueno:
Vuelta a casa, investigo algún bar Hindi, casi no me atrevo a entrar, chicas vestidas de gala, casí haciendo bailes ensayados/coordinados a los chicos que están en las sillas, muy hindi para mi... mañana quiero ver algo, será mejor que vaya pensando en volver que me queda un paseito.
A la mañana siguiente, más me hubiera valido levantarme pronto e irme al jardín botánico, o a isla sentosa, la calle Orchaid no tiene nada que ver, la calle esa pseudocolinial perpendicular si acaso. Intento salvar el día cruzando el Fort Canning Park, no está mal, pero muchas cuestas y mucho asfalto, algún árbol majestuoso se puede ver. Desemboco en los quays de nuevo, me gusta esta vista en SG:

Semana 2

Lunes 14-Miércoles 16
Semana de eventos. Nuestro socio organiza un evento masivo de empresas del sector, así que a reunirse toca.
El centro de convenciones, pegado al muelle, está también rodeado de grandes hoteles, El Gran Hyatt, El Reinassance, todos con unas recepciones o lobbies como nos ha dado últimamente por decir, espectaculares, muchas veces con músicos (piano, contrabajo, chelo, violín...) amenizando la sobremesa.
Aquí se producen todas las reuniones con otros socios/clientes/proveedores del sector, lo cuál está muy bien porque es un ambiente más distendido, además si no estás invitado a los eventos y te quieres ahorrar la entrada, es una buena solución. En nuestro caso, como socios prioritarios, si estamos invitados.
Y aquí es donde viene el primer descubrimiento importante, en HK, sin tarjeta de visita, no eres nadie, y menos en un evento de estos. El objetivo es dar y recibir el mayor número de tarjetas en el menor tiempo posible, además, aquí ya sabéis que se dan las tarjetas, el dinero, los sobres... con las dos manos con un gesto de ofrenda y casi de reverencia. Es muy divertido y bastante más extrovertido que mi experiencia en España.
Por la noche, otro evento curioso, una gran cena de dim sum, con unos 9 platos y un par de postres, en la que a parte de seguir dando tarjetas, hay una nueva forma de relacionarse, y es ir pasando por todas las mesas brindando, con lo cual apenas te has sentado y colocado la servilleta, cuando te tienes que volver a levantar, y rara vez la mesa en la que estás, está completa. De nuevo una muestra más, de lo importante de las relaciones sociales en los negocios en China.
Esa noche descubro una gran terraza en el hotel Península, en TST, hotel emblemático, que se encuentra en el bar Fénix, un poco cara, pero el gintonic está correcto y las vistas de la bahía y el skyline son impagables.

Jueves 17
Hoy conozco la cámara de comercio española en HK, al contrario de lo que pueda creerse, es una organización privada y no tiene nada que ver con el ICEX, que es público. El grupo de gente, variopinto y de mayoría catalano parlante, incluyendo al consul mallorquín. Mi jefe va a formar parte del consejo de la misma, que tiene casi 200 miembros en HK. La verdad es que hacen un buen trabajo y se muestran abiertos a prestarte ayuda, asesoría fiscal, presentar otros contactos y empresas españolas...
Tras el evento, hay un pequeño ágape con vino, queso, lomo, fuet, jamón, chorizo...que sinceramente, sienta muy bien entre tanto dimsum, noodles y bolas de pescado.
Entre los miembros, muchos son viejos lobos, curtidos en la expatriación y habiéndose labrado un trabajo cuando china no estaba tan de moda, el que menos lleva, ya lleva 5 años, y otros llevan más de 25, se les nota algo en el carácter, no sé qué es... pero tienen su mérito.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Semana 1

Viernes 4: 


Parece que el jet lag no me ha afectado tanto, aunque eso engaña, luego dura más de lo que uno se cree, según dicen, 1 día por hora de diferencia, con lo que en mi caso debería ser una semana entera.
La oficina está muy bien, un piso 23 con unas buenas vistas:
Éste es el parque de Kowloon, mi barrio (realmente TST), al otro lado de la bahía, en la península, pero a tiro de ferry super barato (2,5 Honkies o Hong Kong $, unos 25 centímos de €).
Tras un día largo de trabajo para ser mi primer viernes, mi jefe me invita a unas cervezas en el barrio más animado de Hong Kong, el famoso Lan Kwai Fong, una especie de Huertas de Madrid, pero con bares de mayor calidad, la mayoría al estilo Hard Rock, de hecho me tomo la primera cerveza Hongkoniana en frente. Como no, la cata debe ser de la cerveza local, la Tsingtao, un poco aguada para mi gusto. Dicen que se hace en un región donde unos alemanes enseñaron a los locales a producirla, luego por supuesto ha derivado con el paso del tiempo. La segunda una carlsberg y por hoy ya está bien, vuelta a casa en metro, muy fácil de utilizar, con una señal curiosa y con una eficiencia de flujo de personas que me hace reconocer que supera al metro de Madrid. La clave, el andén central, supongo que es mucho más caro, doble túnel, pero los trasbordos son realmente cómodos. Esta es la señar típica del metro de HK:

Sábado 5:

Comenzamos prontito, a las 8:30 en otra parada de metro, para coger un bus y hacer un trekking por la zona sur de la isla. HK tiene un 75% de zona natural protegida, de ahí que tenga mayoría en edificios altos en el top 20 mundial. La ruta elegida es la Dragon's Back, tres horitas en un camino asfaltado en parte, arena en otra, entre vegetación baja. Acabamos en la playa Big Wave Bay, y como no puedo evitarlo, me doy un baño entre surferos inexpertos. La arena es fina, el agua no es la más limpia que digamos, pero tampoco es desagradable. Por cierto, la temperatura exterior, no del agua, para ser noviembre, está entre 25-30, creo que aquí rara vez baja de los 10 en todo el año.

Por la noche (bueno a las 19:30), aquí el horario es europeo del norte, he quedado para degustar una cena típica de navidad noruega, hay fiambre de reno, alce, hay salchicha y cordero al vapor, todo exquisito. Por supuesto hay aquavita, leeros la historia de este licor, es curiosa. Luego a la 1,30 cojo un taxi de vuelta, así comparto gastos, al vivir en la península, los desplazamientos a partir de la 1 am, deben ser en taxi, el metro y el ferry ya están cerrados a esas horas, una pena. Al tener que cruzar un tunel submarino te cascan 6 € extra.

Domingo 6:

Día de jet lag, empiezan los horarios raros y de depertarse a las 13:00 con sensación de siesta de 3 horas veraniega. Creo que el estar al nivel del mar me afecta, me siento más pachorra que de costumbre y como con más sueño. En fin, toca recorrerse un poco el barrio, así que bajo por la calle de mi casa, atestada de centros comerciales y neones, con las tiendas más caras que os podáis imaginar (louis vuitton, armani...) muchas veces con cola y siempre con portero. Los chinos mandarinos, no cantoneses, bajan a hacer compras aquí, allí (China, China, la de Pekín) no lo tienen o es más caro. Llego a la zona antigua del barrio, parte del patrimonio de la ciudad (heritage), que es una casa colonial de finales del 19 con una cosa peculiar para un profano en la navegación, la famosa torre de la bola. Artilugio que sustituye al cañón de medio día como indicador de la hora exacta para los barcos a distancia visual del puerto de HK. Cuando la bola cae, son las 12:00 y los capitanes pueden sincronizar sus relojes para orientarse bien y no acumular retrasos en sus travesías.
Luego continuo hacia el HK Cultural Center, impresionante edificio con teatro y salón de conciertos, en cuya puerta están haciendo una pequeña actuación promocionando clases de percusión. Mientras un bajo y un teclado tocan, van apareciendo los alumnos a acompañarles de menor a mayor experiencia. Conitnuamos por el paseo marítimo que nos lleva al paseo de las estrellas, donde vemos a parte de estrellas del cine de HK en el suelo, de las que sólo reconozco a Jackie Chang y a Bruce Lee, esta estatua de Bruce Lee (se me metió la de la gorra en medio) y desde donde se ve el impresionante skyline de HK con su sinfonía de las luces incluida.

Todos los días a las 20:00, si vienes, aprovecha para darte el paseo a esa hora y la ves. Es curioso como sincronizan unos 15 edificios con la música enlatada y voces en off en inglés.
Por el paseo me tomo un trozo de "sepia a la plancha con mantequilla", no te engañes, está bastante mala, pero como buen turista, hay que probar de todo.
Tras dejar el paseo, seguramente de las zonas más bonitas de HK, me interno por los barrios de infinitud de tiendas de electrónica, zumos, masajes, medicina china, bares, restaurantes, cines, sastres y vendedores de relojes falsos. A estos dos últimos tendré que tantearlos un día, a ver como está el mercado.
De vuelta a casa, encuentro el que será mi principal centro de abastecimiento, un wellcome donde encontrar de todo a un precio razonable, empecemos comprando dim sum congelado, frutas y hortalizas, para las cenas de la semana que entra.

Lunes-Miércoles 7-9 nov:

No hay realmente mucho que contar, agradables días en los que llego en 5 min al curro y voy conociendo los restaurantes de menú (de 13:00 a 14:00, si no a la carta) un chino muy agradable en mi mismo bloque con vistas increibles y gran variedad de dimsum, como mi jefe es chino, me dejo guiar, ya que mi paladar y mi estómago son bastante tolerantes. De momento, todo bueno, salvo la sopa de mango de postre, hay unas bolitas naranjas flotando, que según me dicen son una especie de harina, pero aún no sé lo que es.
Luego hay italianos, japoneses, belgas, un español muy apañao con metre y cocinero de Madrid, el Fandango se llama, y está en el edificio del creador de las tortugas ninja, un tío bastante forrado, que posee varios edificios por HK. 
Tras el curro, tengo suerte de tener un club abajo, llamado Pacific Club, con una piscina de 25 metros con ventales a la bahía en la que me entretengo 2 o 3 veces cada semana.

Jueves 10:

Hoy hay evento especial tras el curro, y como mi empresa es socia de la cámara de comercio española en HK, nos invitan a la primera fila a ver "al aire español" sexteto compuesto por 2 violines, un chelo, un contrabajo y otros dos intrumentos de nombres a cuál más interesante: archilaúd y el clavicémbalo, en este caso acompañados por una voz femenina espectacular, María Espada. Durante hora y media, todos los componentes, emocionados y disfrutando sobremanera de lo que hacen, (interpretar música española perdida en el siglo XVIII en guatemala), nos deleitan en la sala del conservatorio de HK, que tiene una acústica impresionante (así como un aire acondicionado excesivo, algo típico en HK).
Vuelta a casa con el cd bajo el brazo y con el corazón creo que un poco más grande, o al menos más alegre, si alguna vez podéis verlo, no desaprovecheis esta oportunidad, rara vez, por desgracia, nos cruzamos con gente que ama lo que hace y que además lo hace con tanta precisión y pasión como ellos. En la última canción, más de un espectador ha tenido que secarse una lágrima, así como el propio director/"pianista", emocianante...

Viernes 11: 

A destacar, el buffet en el que estoy a las 9 de la noche, en otra zona emblemática y animada de HK, el famoso barrio Wan Chai. Lo cato todo, quizá lo más vistoso es una caracola. No sabe a casi nada, diría que sabe a mar, no te olvides quitarle la boca antes de comértela. Los palillos empiezan a ser más fáciles de usar. Luego conozco un poco la noche de HK, típico ver un grupo de música compuesto por filipinos tocando los temas más conocidos del momento o canciones ya clásicas, casi siempre con buena voz y calidad instrumental, interesante este bar llamado From Dusk till Dawn, aunque un poco para guiris, como tantos de esta zona. Ah un consejo, seguramente veas a filipinas o tailandesas ligeras de ropa en estas zonas, ya sabes a por lo que van.

Sábado 12: 

Iniciamos la exploración de las islas de alrededor, hoy toca Lama. A unos 30 minutos en ferry, es una visita muy recomendable, además hoy hace muy bueno, se ve el azul del cielo, cosa difícil con la bruma y la contaminación típicas de HK. La isla tiene un recorrido de puerto a puerto, pasando por playitas muy agradables, en la que como no, cato el agua de una de ellas Hung Shing Ye, de nuevo no es cristalina, pero tampoco sucia en exceso. Sin duda es una isla para ir el fin de semana y salir del bullicio de HK. La naturaleza exhuberante lo cubre todo, iniciado por unas plantas que me han llamado la atención, que las llaman las pioneras, porque van en la primera fase de creación del bosque, a pecho descubierto, a asentarse y permitir que otras que vengan más tarde se conviertan en árboles, ya con el abrigo y protección de estas. Se percibe en la isla, una tranquilidad especial y un deseo de retiro, muchos símbolos o pintadas de paz, amor.... Acabo dándome un pequeño homenaje de marisco, vieria y gamba frita, en una terraza. Sabe (y sale) mejor compartido, pero hoy he hecho la ruta solo, como todo tiene sus "pros & cons".
Por la noche, aprovechando que el ferry me deja en Central, he quedado a tomar una caña, en un bar que utilizo para acuñar un nuevo término, el concepto de bar Total, 4 conciertos seguidos, abierto casi 24 horas, donde puedes pedir una hamburgues a las 12:00 y unas alitas de pollo a las 3:00 a.m. La energía y el ambiente son muy buenos, recomendable "insomnia". Como nota cultural, veo las parejas mixtas, filipino con china, estos muy celosos, estas muy sumisas, o al menos este caso. El resto de gente, guiris sajones prepotentes, chinos/as y filipinos muy simpáticos y abiertos, españolitos detectables a la legua...

La única pega, la dificultad de coger el taxi a la salida, ten cuidado, fíjate en el farolillo que tienen, si está encendido van a Kowloon, sino se quedan en la isla.

Domingo 13

Hoy toca pasear un poco por la isla, aún desconocida por mi. Mi recorreido va de wan chai a central, no es que sea un camino precioso, pero tiene varias peculiaridades:
-Filipinos por doquier, ocupando parques, aceras, etc, especialmente mujeres en la treintena, cuarentena, cincuentena. Son la principal mano de obra en cuanto a labores del hogar se refiere, y el domingo es su día libre. Como son internas y no han venido para derrochar, se preparan sus tupper y pasan un día de lo más entretenido comiendo en la calle, echándose una siesta en cartones, y viendo algún que otro espectáculo por la tele. En este caso ha tocado la final del archifamoso (para mi no lo era) Mani Pacquiao, un ídolo en Filipinas, que se batía en peso welter contra su eterno rival Juan Manuel Márquez. Decenas de filipinos fibraban en la calle, cortando un carril, mientras veían tras la ventana de un bar el combate. Por su puesto ganó.
-Rascacielos, por doquier, vas como por una jungla que no te deja seguir tu propio camino, pasos elevados, giros... esto no me gusta mucho, no puedes pasear a tu gusto, la ciudad coarta tu movimiento.

Vuelta casa en el ferry, cansado, ya seguiré mi exploración de la isla poblada otro día...
Por la noch

Día 1: Aterrizaje

Ha llegado el día, casi no me he dado cuenta, todo se ha precipitado, y plas, ya estoy en el avión, despertando de mi "cama" en la clase business, junto a un chino malhumorado que increpa a la tripulación de cabina y que lleva en el mismo reloj la hora de suiza y de china, con dos esferas separadas.
A colocar todo, el suelo debe estar limpio para el aterrizaje, lástima que no esté en la ventana que da a la ciudad, sólo puedo ver el mar. Por fin aterrizamos, ya estoy esperando al taxi, es de los de color rojo, y hay que pagarle en metálico, por eso he sacado 500 HKD del cajero de HSBC, con ING la comisión es poca un 2%, mucho mejor que comprarle HKD a los puestos de cambio. Nos aproximamos, por el carril de la izquierda, a la urbe, y tras la bruma, veo unos gigantes, cual Don Quijote, pero estos son de verdad, son moles de cientos de metros que se forman en muro ante mi, como no queriéndome dejar entrar. 

El taxi los sortea y se mete en el laberinto iluminado de Hong Kong. Ya estoy en la recepción del hotel, un chino sonriente me estrecha la mano, mi jefe, y más tarde un español, cano, pero con aire jovial, hace lo propio, mis nuevos compañeros de oficina. "Take it easy, take your time and see you tomorrow".

Subo al 36 acompañado de un conserje, mi nueva casa me espera, una habitación de lujo con cocina empotrada y gran cuarto de baño, a ver como la transformo en hogar. De momento los dibujos de mi sobri podrán adornarla un poco. Poco a poco, es mi primer día, a ver como lidio con el jet lag.