domingo, 20 de noviembre de 2011

Semana 1

Viernes 4: 


Parece que el jet lag no me ha afectado tanto, aunque eso engaña, luego dura más de lo que uno se cree, según dicen, 1 día por hora de diferencia, con lo que en mi caso debería ser una semana entera.
La oficina está muy bien, un piso 23 con unas buenas vistas:
Éste es el parque de Kowloon, mi barrio (realmente TST), al otro lado de la bahía, en la península, pero a tiro de ferry super barato (2,5 Honkies o Hong Kong $, unos 25 centímos de €).
Tras un día largo de trabajo para ser mi primer viernes, mi jefe me invita a unas cervezas en el barrio más animado de Hong Kong, el famoso Lan Kwai Fong, una especie de Huertas de Madrid, pero con bares de mayor calidad, la mayoría al estilo Hard Rock, de hecho me tomo la primera cerveza Hongkoniana en frente. Como no, la cata debe ser de la cerveza local, la Tsingtao, un poco aguada para mi gusto. Dicen que se hace en un región donde unos alemanes enseñaron a los locales a producirla, luego por supuesto ha derivado con el paso del tiempo. La segunda una carlsberg y por hoy ya está bien, vuelta a casa en metro, muy fácil de utilizar, con una señal curiosa y con una eficiencia de flujo de personas que me hace reconocer que supera al metro de Madrid. La clave, el andén central, supongo que es mucho más caro, doble túnel, pero los trasbordos son realmente cómodos. Esta es la señar típica del metro de HK:

Sábado 5:

Comenzamos prontito, a las 8:30 en otra parada de metro, para coger un bus y hacer un trekking por la zona sur de la isla. HK tiene un 75% de zona natural protegida, de ahí que tenga mayoría en edificios altos en el top 20 mundial. La ruta elegida es la Dragon's Back, tres horitas en un camino asfaltado en parte, arena en otra, entre vegetación baja. Acabamos en la playa Big Wave Bay, y como no puedo evitarlo, me doy un baño entre surferos inexpertos. La arena es fina, el agua no es la más limpia que digamos, pero tampoco es desagradable. Por cierto, la temperatura exterior, no del agua, para ser noviembre, está entre 25-30, creo que aquí rara vez baja de los 10 en todo el año.

Por la noche (bueno a las 19:30), aquí el horario es europeo del norte, he quedado para degustar una cena típica de navidad noruega, hay fiambre de reno, alce, hay salchicha y cordero al vapor, todo exquisito. Por supuesto hay aquavita, leeros la historia de este licor, es curiosa. Luego a la 1,30 cojo un taxi de vuelta, así comparto gastos, al vivir en la península, los desplazamientos a partir de la 1 am, deben ser en taxi, el metro y el ferry ya están cerrados a esas horas, una pena. Al tener que cruzar un tunel submarino te cascan 6 € extra.

Domingo 6:

Día de jet lag, empiezan los horarios raros y de depertarse a las 13:00 con sensación de siesta de 3 horas veraniega. Creo que el estar al nivel del mar me afecta, me siento más pachorra que de costumbre y como con más sueño. En fin, toca recorrerse un poco el barrio, así que bajo por la calle de mi casa, atestada de centros comerciales y neones, con las tiendas más caras que os podáis imaginar (louis vuitton, armani...) muchas veces con cola y siempre con portero. Los chinos mandarinos, no cantoneses, bajan a hacer compras aquí, allí (China, China, la de Pekín) no lo tienen o es más caro. Llego a la zona antigua del barrio, parte del patrimonio de la ciudad (heritage), que es una casa colonial de finales del 19 con una cosa peculiar para un profano en la navegación, la famosa torre de la bola. Artilugio que sustituye al cañón de medio día como indicador de la hora exacta para los barcos a distancia visual del puerto de HK. Cuando la bola cae, son las 12:00 y los capitanes pueden sincronizar sus relojes para orientarse bien y no acumular retrasos en sus travesías.
Luego continuo hacia el HK Cultural Center, impresionante edificio con teatro y salón de conciertos, en cuya puerta están haciendo una pequeña actuación promocionando clases de percusión. Mientras un bajo y un teclado tocan, van apareciendo los alumnos a acompañarles de menor a mayor experiencia. Conitnuamos por el paseo marítimo que nos lleva al paseo de las estrellas, donde vemos a parte de estrellas del cine de HK en el suelo, de las que sólo reconozco a Jackie Chang y a Bruce Lee, esta estatua de Bruce Lee (se me metió la de la gorra en medio) y desde donde se ve el impresionante skyline de HK con su sinfonía de las luces incluida.

Todos los días a las 20:00, si vienes, aprovecha para darte el paseo a esa hora y la ves. Es curioso como sincronizan unos 15 edificios con la música enlatada y voces en off en inglés.
Por el paseo me tomo un trozo de "sepia a la plancha con mantequilla", no te engañes, está bastante mala, pero como buen turista, hay que probar de todo.
Tras dejar el paseo, seguramente de las zonas más bonitas de HK, me interno por los barrios de infinitud de tiendas de electrónica, zumos, masajes, medicina china, bares, restaurantes, cines, sastres y vendedores de relojes falsos. A estos dos últimos tendré que tantearlos un día, a ver como está el mercado.
De vuelta a casa, encuentro el que será mi principal centro de abastecimiento, un wellcome donde encontrar de todo a un precio razonable, empecemos comprando dim sum congelado, frutas y hortalizas, para las cenas de la semana que entra.

Lunes-Miércoles 7-9 nov:

No hay realmente mucho que contar, agradables días en los que llego en 5 min al curro y voy conociendo los restaurantes de menú (de 13:00 a 14:00, si no a la carta) un chino muy agradable en mi mismo bloque con vistas increibles y gran variedad de dimsum, como mi jefe es chino, me dejo guiar, ya que mi paladar y mi estómago son bastante tolerantes. De momento, todo bueno, salvo la sopa de mango de postre, hay unas bolitas naranjas flotando, que según me dicen son una especie de harina, pero aún no sé lo que es.
Luego hay italianos, japoneses, belgas, un español muy apañao con metre y cocinero de Madrid, el Fandango se llama, y está en el edificio del creador de las tortugas ninja, un tío bastante forrado, que posee varios edificios por HK. 
Tras el curro, tengo suerte de tener un club abajo, llamado Pacific Club, con una piscina de 25 metros con ventales a la bahía en la que me entretengo 2 o 3 veces cada semana.

Jueves 10:

Hoy hay evento especial tras el curro, y como mi empresa es socia de la cámara de comercio española en HK, nos invitan a la primera fila a ver "al aire español" sexteto compuesto por 2 violines, un chelo, un contrabajo y otros dos intrumentos de nombres a cuál más interesante: archilaúd y el clavicémbalo, en este caso acompañados por una voz femenina espectacular, María Espada. Durante hora y media, todos los componentes, emocionados y disfrutando sobremanera de lo que hacen, (interpretar música española perdida en el siglo XVIII en guatemala), nos deleitan en la sala del conservatorio de HK, que tiene una acústica impresionante (así como un aire acondicionado excesivo, algo típico en HK).
Vuelta a casa con el cd bajo el brazo y con el corazón creo que un poco más grande, o al menos más alegre, si alguna vez podéis verlo, no desaprovecheis esta oportunidad, rara vez, por desgracia, nos cruzamos con gente que ama lo que hace y que además lo hace con tanta precisión y pasión como ellos. En la última canción, más de un espectador ha tenido que secarse una lágrima, así como el propio director/"pianista", emocianante...

Viernes 11: 

A destacar, el buffet en el que estoy a las 9 de la noche, en otra zona emblemática y animada de HK, el famoso barrio Wan Chai. Lo cato todo, quizá lo más vistoso es una caracola. No sabe a casi nada, diría que sabe a mar, no te olvides quitarle la boca antes de comértela. Los palillos empiezan a ser más fáciles de usar. Luego conozco un poco la noche de HK, típico ver un grupo de música compuesto por filipinos tocando los temas más conocidos del momento o canciones ya clásicas, casi siempre con buena voz y calidad instrumental, interesante este bar llamado From Dusk till Dawn, aunque un poco para guiris, como tantos de esta zona. Ah un consejo, seguramente veas a filipinas o tailandesas ligeras de ropa en estas zonas, ya sabes a por lo que van.

Sábado 12: 

Iniciamos la exploración de las islas de alrededor, hoy toca Lama. A unos 30 minutos en ferry, es una visita muy recomendable, además hoy hace muy bueno, se ve el azul del cielo, cosa difícil con la bruma y la contaminación típicas de HK. La isla tiene un recorrido de puerto a puerto, pasando por playitas muy agradables, en la que como no, cato el agua de una de ellas Hung Shing Ye, de nuevo no es cristalina, pero tampoco sucia en exceso. Sin duda es una isla para ir el fin de semana y salir del bullicio de HK. La naturaleza exhuberante lo cubre todo, iniciado por unas plantas que me han llamado la atención, que las llaman las pioneras, porque van en la primera fase de creación del bosque, a pecho descubierto, a asentarse y permitir que otras que vengan más tarde se conviertan en árboles, ya con el abrigo y protección de estas. Se percibe en la isla, una tranquilidad especial y un deseo de retiro, muchos símbolos o pintadas de paz, amor.... Acabo dándome un pequeño homenaje de marisco, vieria y gamba frita, en una terraza. Sabe (y sale) mejor compartido, pero hoy he hecho la ruta solo, como todo tiene sus "pros & cons".
Por la noche, aprovechando que el ferry me deja en Central, he quedado a tomar una caña, en un bar que utilizo para acuñar un nuevo término, el concepto de bar Total, 4 conciertos seguidos, abierto casi 24 horas, donde puedes pedir una hamburgues a las 12:00 y unas alitas de pollo a las 3:00 a.m. La energía y el ambiente son muy buenos, recomendable "insomnia". Como nota cultural, veo las parejas mixtas, filipino con china, estos muy celosos, estas muy sumisas, o al menos este caso. El resto de gente, guiris sajones prepotentes, chinos/as y filipinos muy simpáticos y abiertos, españolitos detectables a la legua...

La única pega, la dificultad de coger el taxi a la salida, ten cuidado, fíjate en el farolillo que tienen, si está encendido van a Kowloon, sino se quedan en la isla.

Domingo 13

Hoy toca pasear un poco por la isla, aún desconocida por mi. Mi recorreido va de wan chai a central, no es que sea un camino precioso, pero tiene varias peculiaridades:
-Filipinos por doquier, ocupando parques, aceras, etc, especialmente mujeres en la treintena, cuarentena, cincuentena. Son la principal mano de obra en cuanto a labores del hogar se refiere, y el domingo es su día libre. Como son internas y no han venido para derrochar, se preparan sus tupper y pasan un día de lo más entretenido comiendo en la calle, echándose una siesta en cartones, y viendo algún que otro espectáculo por la tele. En este caso ha tocado la final del archifamoso (para mi no lo era) Mani Pacquiao, un ídolo en Filipinas, que se batía en peso welter contra su eterno rival Juan Manuel Márquez. Decenas de filipinos fibraban en la calle, cortando un carril, mientras veían tras la ventana de un bar el combate. Por su puesto ganó.
-Rascacielos, por doquier, vas como por una jungla que no te deja seguir tu propio camino, pasos elevados, giros... esto no me gusta mucho, no puedes pasear a tu gusto, la ciudad coarta tu movimiento.

Vuelta casa en el ferry, cansado, ya seguiré mi exploración de la isla poblada otro día...
Por la noch

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