miércoles, 25 de abril de 2012

Un tour en Pekín

En efecto, un tour, literalmente hablando. Aunque no sea muy amigo de los viajes programados, a tal hora en tal sitio, parada obligada en tal otro, tantos minutos para comprar, tantos para ver la 6ª maravilla del mundo... reconozco que a veces pueden estar bien. En este caso, había varios motivos para contratar un tour. Viajaba sólo, no había tenido tiempo de preparar el viaje, no conozco el idioma local y el inglés en China, incluso en Pekín, escasea según te alejas de hoteles y multinacionales, con lo cuál, why not?.
El tour comenzaba con un paso por una gran fabrica/tienda de esculturas y derivados de unos de los materiales típicos de China, el jade. Una piedra muy preciada y que puede tener todo tipo de tonalidades, aunque la más habitual es la verde, de ahí que otras como mezclas de verde y amarillo, el blanco, etc, sean muy cotizadas. Además se realizan una especie de apuestas con el jade. Se coge una gran piedra y sin partirla ni hacer un examen en 3D y en profundidad se vende al mejor postor. Puede haber casos que la piedra sólo tenga la corteza de jade, o casos en el que esconda en su corazón un preciado trozo de jade poco común, pero eso el comprador, ni aparentemente nadie, lo sabe a priori, con lo cuál hay cabida a todo tipo de especulaciones, y de ahí ese juego/apuesta. En esta primera parada no piqué en el juego de comprar, por mucho que me dijeran, y parece ser así para los chinos, que el Jade es mágico, que cambia de color con el tiempo y que muestra tu estado de ánimo (las madres eran capaces de saber si las hijas estaban contentas mirando su collar o pulsera de jade), que las bolas concéntricas de jade con el dragón y el fenix, generan un buen entorno familiar... nada no caí. Siguiente parada, la gran estrella del tour. "La gran Muralla". Bueno, también tiene otro nombre, el gran cementerio, los obreros que la construían y perecían en la obra, pasaban a formar parte de los aledaños de la muralla.



Afortunadamente llegué relativamente pronto a esta sección, Badaling, la más popular y cercana, a algo más de una hora en coche, del centro de Pekín. Digo afortunadamente, porque cuando bajaba veía los regueros de gente subiendo y formando verdaderos atascos en ciertos embudos de la muralla, así que apúntatelo, madruga para verla. Además en este tramo, a eso de las 17:30 los guardas hacen de coche escoba y largan a todo aquel que encuetren, al parecer es un tramo casi circular... extraño verdad?





Según Mao (bueno según la guía), "no serás un héroe, si no has visitado la gran muralla", según alguna página de internet "“He who does not reach the Great Wall is not a true man!” y eso es lo que reza la roca en la que me apoyo aquí abajo. Desde luego, yo tampoco entiendo la frase, otra cosa es que se refiriera a recorrer sus más de 6000 Km, supuestamente para proteger el Imperio Chino de los salvajes mongoles, eso sí tendría mérito.


Bien es cierto, que como se observa en esta foto de arriba, los tramos de la muralla, al menos estos primeros, tienen una pendiente importante.
Tras una hora y media subiendo y bajando y parando en alguno de sus puestos centinela (por cierto, estos vivían en barracones aledaños a la murralla y a veces pasaban tiempo en estos pequeños puestos centinela, durmiendo y viviendo ahí):

vuelta a la furgoneta, afortunadamente estoy yo solo, así que la guía es personalizada y flexible conmigo. Por cierto, aquí primer acto turista, compra de souvenir de la muralla china, una pintura a mano de la muralla en primavera, regateamos un poco y arañamos un 33%, not too bad.
Ahora toca ir a comer a una fabrica de vasijas de cobre o de una manera más precisa Cloisone:



Como estaréis pensado alguno, un trabajo de chinos. En este mismo sitio, comemos comida china de batalla, un buffet poco elaborado pero según la guía común en el día a día chino. Aquí pico por segunda vez, de nuevo un trabajo manual, 7 días según su creador, para recortar en papel un paisaje de la muralla. Esta vez la negociación ha sido menos fructífera, 25% de rebaja, aunque aquí tiene más merito porque es un sitio más oficial. Creo que es clave mostrar interés en estos temas del regateo.
Tras esto vamos a visitar las tumbas de los emperadores de la dinastía Ming. Ubicadas en una zona con buen fung shui, pueden recordar a las piramides egipcias. Me explico, sobre las tumbas creaban colinas y plantaban árboles, de tal manera que la tumba al final es un gran monte, que dentro tiene unas paredes de roca de más de un metro de espesor, para proteger la tumba en donde hay tesoros que acompañan al difunto en su siguiente vida.




Por último, vamos a visitar las otros dos productos o materias primas más famosos de china, la seda y el te.
El tema de la seda es impresionante, como dividen los capullos en aquellos que son un mix de dos gusanos que han entrelazado sus "tejidos" y que son usados para relleno de "edredones" y los que son de un sólo gusano, que son de mejor calidad, para trajes, chales, camisas y demás. Un capullo, una milla de hilo de seda. Sí, sé lo que estás pensando, podríamos conseguir muchas millas si otro tipo de capullos se pudieran desmadejar.
En fin, aquí pico de nuevo, camisa de seda al estilo chino, esta vez ni un céntimo, sitio megaoficial, con su sello y todo, no ha habido manera. Tras esto, como regalo de la guía, vamos a ver una ceremonia del té, a unos salones de té, muy acogedores y que se pueden "alquilar" si quieres pasar la tarde. Aquí nos hacen una exhibición/demostración de como servir y tomar disitintos tipos de té (ginseng, jazmín, lichi, rojo...) me quedo con el de lichi, relajante y dulce, así que una vez más, cling cling, compra de un paquetito de té, para dormir bien por las noches.
De vuelta al hotel, atasco infernal, si hay algo malo en Pekín, es su tráfico caótico, su polución y, para un viajero en concreto, sus atascos interminables, menos mal que tenía el vuelo al día siguiente.




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