domingo, 26 de febrero de 2012

Stanley Afternoon

¿Qué se puede hacer un domingo soleado en Hong Kong? Pues una buena opción es darse un paso por Stanley, al sur de la isla de Hong Kong. Para ello, una buena opción es cogerse un autobús en Central, el 6 por ejemplo, que te llevará por las colinas de la isla hasta el otro lado haciéndote olvidar los "cañones" de edificios de Hong Kong. En unos 40 minutos que no se hacen nada largos estarás paseando por este lugar. Según te vas alejando de la bahía de Victoria y te diriges hacia el sur, el cielo parece despejarse, así que el quedarse en casa porque está nublado no es una buena excusa.
Algunas de las vistas, y no de las mejores, he sacado la cámara tarde, son estas.
El video refleja (a parte de a mi) la bahía de Repulse, una de las mejores playas, que debe su nombre a un navío que repelía los ataques piratas, pues Stanley, fue el primer asentamiento importante de Hong Kong, antes de que la masa de gente se fuera a la costa norte, donde hoy están los rascacielos y centros financieros.





En el primero te puedes dar un paseo por su mercadillo, yo encontré una mochilita de 15 litros muy útil para mis excursiones diarias como esta. No regatee mucho, pero están abiertos al regateo, así que aplícale un 50% de primeras a ver como se lo toman, si se ponen bordes siempre puedes sonreír y jugar con la diferencia idiomática one five fifteen. El mercado de Stanley tiene de todo, pero bueno, no fui allí por eso.
Tras cruzar el mercado me doy un paseo por su paseo marítimo y como he llegado un poco tarde me tomo una hamburguesa en una de sus terrazas, para ser febrero, estar en manga corta y mirando el mar, no está mal.

En este lugar abundan los guiris y los lugares para guiris (irish, franceses...)


pero también hay locales y filipinos que vienen a pasar el día y tomarse una barbacoa, gente joven y no tan joven, y como veis lo tienen todo preparado, así luego no se queda la playa echa una ...

Esta foto pretendía mostrar el detalle de la barbacoa, así que fíjate en las mazorcas por favor, en las de maíz digo.
Al finalizar el paseo marítimo, como siempre me apetece un dulce después de comer, así que, que mejor que ¿unos churros?
Aunque quieran asimilarlos a donuts, sabemos que no son lo mismo:
Opté por el famoso frozen yoghurt con fresas y cookies, pero no pude evitar tomar esta foto, recuerda que estamos en una playa de Hong Kong en febrero.
En fin, me tomo el helado viendo el mar de nuevo, y me dirijo al templo de una de las diosas más famosas de los chinos de aquí, especialmente de los pescadores, Tin Hau (Emperatriz del Cielo):

Sí, eso que veis (espero que vuestra capacidad observadora haya reparado en él) es una especie de molino o ventilador. Le pregunto a una chica que lo acaba de usar, me comenta que si lo giras en el sentido que indica la flecha te da buena suerte, y que yo también lo puedo usar, así que, ¿por qué no?
Este templo está construido como tantas otras cosas en China, siguiendo las reglas del Feng Shui, y una de ellas es que entre él y el mar, no haya ningún obstáculo, el agua es riqueza. Me parece una buena norma que podríamos extrapolar a nuestra vida, que no haya obstáculos entre tú y el mar (sustituye mar por algo que te parezca bello y eterno).
Después me dirijo a un gran parque con un pequeño camino, muy agradable que está también junto al mar, y de camino, integrado en uno de los edificios más antiguos de la zona, de nuevo, presencia española, esta vez un restaurante. No entré a comer, no tenía hambre y era un poco caro, pero bueno aquí tenéis la prueba:
Después de recorrer esta zona de Stanley, me dirijo a Stanley Beach, aquí hay multitud de gente, y de actividades, entre ellas el famoso dragon boat, al cuál por cierto, pienso apuntarme en un mes, es una buena manera de hacer deporte y conocer gente, además es de los deportes más característicos de Hong Kong. He leído en el Museo de Historia de Hong Kong, muy recomendable por cierto, que una de las etnias pobladoras de Hong Kong, cuyo nombre ahora no recuerdo, que eran principalmente pescadores y que incluso vivían en los barcos, adornaba los barcos el día de la boda y llevaba a la novia en uno de los dragon boats al barco del novio. Ahora como no viven en el mar, hacen una danza del dragon por la calle hasta la casa del novio, simulando lo que solían hacer sus antepasados.



Antes de irme, que mejor que relajarme un rato sentado en la arena de una playa más tranquila, San Stephen's beach, viendo como cae la tarde y como cruza algún pesquero de los antiguos de Hong Kong, tarareando, inevitablemente, aquella gran canción de The Kinks "Sunny Afternoon".

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